Los viajes generan mucho estrés a los gatos, por eso no es recomendable viajar con ellos cuando las vacaciones vayan a ser de menos de diez días. Lo más recomendable es dejarle en casa, en su territorio, con comida y agua, a cargo de un amigo o familiar al que conozca y que pase máximo cada dos días (más de dos días se estresará pensando que le han abandonado).

Puede que se aburra aunque le hayamos dejado juguetes nuevos y viva la novedad de la visita, pero será menos duro que si lo llevamos a un sitio que desconozca totalmente ya que necesitará mínimo tres días para aclimatarse. A eso se le suma el trauma del viaje ya que la mayoría los aborrecen.

Si no puedes dejarlo en casa o el viaje va a ser de más días, no es muy recomendable dejarle en una residencia para gatos, ya que aunque hay profesionales puede crearle estrés al verse en un lugar totalmente desconocido con gente desconocida y animales desconocidos. En ese caso, lo mejor es llevarle con nosotros.

Preparativos antes del viaje

Alojamiento: si no vas a tu segundo lugar de residencia no te resultará difícil encontrar alojamiento en el que permitan mascotas. Afortunadamente son cada vez los establecimientos hoteleros que permiten mascotas siempre y cuando estén bien educadas (huelga decir que prefieren cachorros y razas pequeñas pero si buscas encontrará una acorde a vuestras necesidades).

Si has encontrado un alojamiento que te satisface pero no permite mascotas, llama y pregunta, muchos las admiten pero no lo hacen público bien para evitar reacciones negativas por parte de los otros clientes que pueden no desear pasar la noche donde la ha pasado una mascota o cerca de una de ellas, bien para evitar que en una misma noche se concentren demasiadas mascotas en el establecimiento.

G.Zanza contaba en el periódico ABC una anécdota muy graciosa: varios hoteles del Pirineo que admitían mascotas retiraron de su publicidad esta ventaja porque uno de ellos, con 30 habitaciones, tuvo el mismo fin de semana (casualidades de la vida) 18 clientes con perros y claro, los saludos a ladridos y aullidos de habitación a habitación mantuvieron despiertos a todos  durante dos días que resultaron eternos.

Documentación

Ya sabes que el microchip es obligatorio en la Unión Europea, así que viajes a donde viajes deberá ir identificado con él (por tu seguridad y la suya, imagina que se te pierde en un lugar que no conoce). Lleva la cartilla de vacunaciones al día e infórmate si el lugar al que vas requiere alguna vacuna especial. Infórmate también de si admite mascotas, no todos los países permiten su entrada.

Asimismo, necesitará un pasaporte internacional actualizado que le gestionará su veterinario, sin él no podrá volar.

Es recomendable que le lleves su arnés, con la plaquita identificativa y la correa por si deseas que estire las patitas. Yo no lo sacaría del coche, personalmente, no quiero ni imaginar si por una mala suerte del destino se suelta la correa o el arnés. Ya me ha pasado antes cuando paseamos, así que no es tan raro; la diferencia es que en este caso no estará en su territorio, así que corres el riesgo de que se pierda, o salga a la carretera o lo atropelle un coche en la misma área de servicio o gasolinera.

Yo prefiero sacarlo del transportín y dejar que estire las patitas dentro del mismo coche con cuidado de que no se salga. Elijas lo que elijas. que lleve siempre la chapita: nunca está de más el exceso de seguridad.

Transportín

Modelo: Escoge un transportín acorde con su tamaño,a las exigencias del viaje y a la temperatura. Si llevas el aire acondicionado, calefacción o no. Igualmente considera la temperatura del lugar de destino para que sea un transportín más fresco o más abrigado.
Siempre debe tener un tamaño que permita al animalito moverse, estirarse y que cuente con muy buena ventilación. De material resistente y seguro, a prueba de cualquier problema que puede surgir durante el trayecto.También es conveniente que sea fácil de limpiar por si orina, defeca o vomita durante el viaje fuera del arenero.

Deberás ir preparándole en los días previos al viaje, tranquilizándole respecto al transportín. Estará más tranquilo si es nuevo ya que el que usas habitualmente para llevarle al veterinario quizá le traiga malos recuerdos (o no, dependerá del gato, a otros ese será precisamente el que les haga sentir seguros) Sea como sea, convierte el trasportín en su nueva casita. Pon alguna prenda tuya y su juguete favorito. Dale golosinas cuando se meta en él. Deja la puerta abierta para que entre y salga cuando lo desee.

En la siguiente entrada os daremos más consejos sobre cómo llevar a vuestro gato de viaje.