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Perros y gatos: ¿Hay reconciliación posible?

El refranero popular ya lo advierte, cuando unas personas no congenian y discuten, se suele decir que se llevan “como el perro y el gato”. Independientemente de la parte de verdad que haya en todo esto, es muy corriente que las personas se decanten por una de las especies, enfrentándose entre ellos y generándose bandos de admiradores de una y otra mascota. Es decir, que parece que la sociedad está dividida entre aquellos que prefieren a los perros y a ésos otros a los que les gustan los gatos. Esto es así porque cada especie representa una serie de valores muy humanos. Por un lado, lo perros representan la fidelidad, el compromiso, el respeto y la amistad; los gatos, por el contrario, la independencia y la inteligencia.

Por nuestra parte, no nos vamos a decantar por ninguno, nos gustan todos. Y, por eso, vamos a daros las claves para que sepáis cómo conseguir una convivencia pacífica si se da el caso de que tenéis que criar a un perro y un gato en el mismo hogar.

Aunque es cierto que es difícil que se hagan inseparables, lo cierto es que sí pueden aprender a tolerarse. Cuanto más jóvenes se conozcan, más fácil será porque aún no habrán tenido malas experiencias con la otra especie. En todo caso, las reglas de convivencia son las siguientes:

  • Durante un tiempo, hasta que se conozcan, evita que el perro tome la iniciativa de acercarse al gato. El instinto de cacería de los perros, les hace seguir a seres más pequeños que ellos. Sin embargo, esto puede asustar a tu gato. Habrá que evitar que se le acerque, si puedes verbalmente y, de lo contrario, con una corra. Cuando el perro desvíe su atención, tendrá que ser recompensado. Por otro lado, fomenta el ejercicio físico y desvía su instinto cazador hacia otros objetos, juguetes que sí pueda perseguir. Sin embargo, no permitas que intente cazar otros animales pequeños.
  • Por el contrario, el gato sí puede acercarse al perro. Lo importante es que el perro no lo comience a perseguir cuando se dé esta situación. Cuando el gato se aproxime, ganará confianza en él y vivirá más tranquilo.
  • No se puede forzar el encuentro. Cada gato tiene que seguir su propio ritmo y si quiere esconderse, tienes que permitírselo. Incluso si consideras que va a estar mejor por un tiempo en una habitación apartada, ten paciencia y déjale. Por otro lado, cuando no estés en casa, evita que se encuentren.
  • Cualquier interacción positiva habrá de ser recompensada.
  • Es muy importante que te esfuerces durante la primera época, porque cualquier experiencia negativa puede causar mella en ambos y hacer mucho más largo y costoso el proceso de adaptación.