Regalar una mascota por Navidad puede ser una idea, en general, poco recomendable. La decisión de adquirir un animal exige una gran responsabilidad, puesto que en un regalo de esta índole no sólo está implicado el disfrute de aquel que va a recibir la ofrenda. Los animales domésticos dependen de sus dueños en muchos sentidos: desde su integridad vital hasta su felicidad. Y esto es algo con lo que nunca se debería jugar irreflexivamente.
No obstante, si estamos muy seguros de que la persona a la que vamos a hacer el regalo desea realmente tener una mascota y se va a comportar adecuadamente, quizá podamos hacer una excepción. Por otro lado, si el regalo es para un niño, y nosotros somos sus padres o tutores, podemos adquirir una mascota siendo conscientes de que ésta será nuestra responsabilidad directa. Aunque podemos intentar hacer que nuestro hijo aprenda a cumplir con obligaciones gracias al contacto con un animal, tampoco podemos hacerle sentir culpable sobrecargándole de trabajo. Por otro lado, especialmente si el niño es muy pequeño, tendrás la responsabilidad adicional de controlar que no lo maltrate.
En este sentido, y si no nos queremos arrepentir, un hamster puede ser una de las mejores opciones. En primer lugar, porque no exigen una dedicación excesivamente intensa; por otro lado, porque es una mascota muy fácil de cuidar para personas que tengan poca experiencia con animales; también, porque el precio de adquirir el hamster –y todos los complementos que requiere– es bastante económico; además, requiere poco espacio y no demasiada comida.
Sin embargo, hay varias cosas que se deben tener en cuenta. Los hamsters son animales principalmente activos durante la tarde y la noche. Por lo tanto, si vas a comprar uno, debes tener en cuenta que puede hacer ruido a horas a las que quizá quieras descansar. Esto es fácil de solucionar: basta con que no pongas al hamster en el dormitorio. Por otro lado, debería estar en un lugar ventilado, donde no se fume mucho y, a ser posible, que sea tranquila, para que también podamos respetar su descanso.
Una de tus responsabilidades directas será mantener la jaula limpia: de lo contrario, tu hamster no vivirá mucho; además, los alimentos deberán estar en buen estado y ser frescos: aquellos que no se consuman deberán ser retirados para evitar que se genere un foco de infección.
También, como cuando tienes cualquier animal, debes tener a alguien cercano dispuesto a cuidarlo cuando tú no estés: por ejemplo, cuando te vayas de vacaciones y no lo puedas llevar contigo.
Por otro lado, debes tener en cuenta que son roedores y que, por lo tanto, muerden. Si te descuidas es posible que te encuentres un cable mordisqueado, o cualquier cosa que dejes a su alcance. O puede que, jugando, te muerda a ti. Esto no es peligroso ni duele mucho, pero tienes que estar preparado de antemano.