Las principales necesidades de los loros (y, consecuentemente, nuestras responsabilidades en tanto que dueños) son:
- Agua: limpia y fresca.
- Alimento: algunas semillas como mijo y girasol y frutas diversas.
- Espacio: como mínimo tiene que poder extender sus alas completamente dentro de la jaula.
- Limpieza: hay que recoger con asiduidad los desperdicios de la jaula así como comprobar que nuestro loro tiene buen aspecto.
- Atención: si no sabemos cómo educarle, tenemos que consultar con el veterinario las pautas básicas de cuidado y entrenamiento.
Las características físicas de los loros son bien conocidas: son aves de tamaño medio, de plumajes muy coloridos y vistos, pico curvado y gran capacidad craneal. Provienen de climas tropicales y tienen una buena capacidad para tanto para trepar en los árboles, como para volar. En libertad tienen una esperanza de vida de entre veinticinco y cincuenta años, aunque en cautiverio aguantan menos.
Cuando viven en cautividad es corriente que les corten las alas para que se puedan mover libremente por el espacio doméstico.
Como bien es sabido, tienen la capacidad, con un trabajo de adiestramiento, de hablar la lengua humana; son uno de los grupos de aves más inteligentes. No obstante, es importante saber que hablan por repetición y no comprenden lo que dicen.
Dentro de las aves, la familia que cuenta con un mayor número de especies amenazadas (más de setenta) es la de los loros. La principal razón es que estos animales son caros; por lo tanto, en muchos lugares, está muy valorada su captura. El principal problema de esto es que el modus operandi de los captores, además de ilegal, es burdo, lo cual supone que muchos adultos sean asesinados una vez se han obtenido crías de ellos. Por otro lado, las condiciones de transporte clandestino son pésimas, con el fin de pasar desapercibidos. En este proceso mueren más del 50% de los loros que se intentan vender ilegalmente. Los que sobreviven a esto son vendidos a traficantes en el extranjero, donde tendrán que someterse nuevamente a condiciones de transporte clandestinas.
Por todo esto, y como punto previo, si queremos adquirir un loro, tenemos la responsabilidad legal y moral de asegurarnos de que cumple todos los requisitos: puede que nuestro loro haya sobrevivido a todo este via crucis para llegar a un hogar feliz, pero no queremos alimentar a mafias sin escrúpulos.
En todo caso, los loros siempre reportan a sus dueños una gran compañía. Son animales bastante agradables en el trato (aunque algunos son más ruidosos que otros, y tienden a excitarse con los sonidos agudos) y estéticamente son muy llamativos. Por eso hay que tener especial cuidado con ellos e intentar evitar que las mafias de tráfico de animales continúen devastando su población.