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Gusanos de seda

Cuando recordamos nuestras mascotas, si es que las hemos tenido, casi siempre nos olvidamos de unos bichitos que animaron la infancia de casi todos nosotros en una u otra ocasión: los gusanos de seda.

De hecho, si lo pensamos bien, estos insectos, además de suponer una diversión, son una perfecta preparación y acercamiento para los niños a todo lo que implica ser responsable de un animal.

Recordemos el ciclo de estos gusanos asiáticos desde el punto de vista de la biología. En un principio, son huevos de entre 1 y 1,5 milímetros de largo. La incubación dura quince días, aunque se puede retrasar en climas fríos hasta la llegada de la primavera. Esta es una demostración más de lo sabia que es la naturaleza, pues los gusanos no nacen hasta que las hojas de morera son abundantes para su ingesta.

De hecho, el gusano de seda es considerado el animal que más come (en proporción, claro), eso sí, mientras es una larva, porque durante su etapa adulta no se alimenta.

En el momento de la eclosión, las larvas son de color gris y miden 3 milímetros. Su undécimo anillo –trompa de seda o hilera– es utilizado desde el primer momento para alejarse de los restos de huevo.

En un periodo de entorno a un mes, pasan por cinco fases de muda. Dentro del capullo mudarán dos veces más. La primera es a los seis días, cuando se suspenden en un hilo de seda para rasgar su piel y del que salen al cabo de un día. En cada metamorfosis, se van haciendo más grandes, hasta alcanzar los 8 centímetros de longitud y doce anillos completamente visibles.

Tras el mes de vida como orugas, buscan un lugar seco y aislado donde fabrican el capullo –que puede ser de diversos colores–. Lo hacen a partir de la transformación del almidón de las hojas de morera, que en su metabolismo se transforma en dextrina y produce el hilo de seda. El hilo que forma el capullo puede alcanzar los 1.500 metros, ocupándole apenas dos o tres días su fabricación. He ahí la crisálida. Formada ésta, se inicia la fase de pupa, que junto con el imago, son estadios intermedios en el interior del capullo hasta alcanzar la etapa adulta.

La llegada de la última etapa viene precedida por una secreción ácida que separa los hilos de seda, permitiendo salir a la mariposa. En este punto, vivirá entre tres y siete días. Este es el momento en el que se reproducen.

Si queremos hacer que los niños aprendan, recuperar los gusanos de seda es una excelente opción.

Apenas necesitaremos conseguir hojas de morera –las hay en muchos parques–, y una caja de zapatos que habrán de mantenerse relativamente limpia, con algunos agujeritos en la parte superior para que respiren.