Los peces son muy lindas mascotas, sobretodo para los niños chicos. También las peceras son muy bonitas a la vista, decorativas y un lindo motivo de conversación. Pero, el problema de las peceras es que hay que mantenerlas limpias, para que los peces se encuentren cómodos en ese hábitat. Se ensucian muy rápidamente, dependiendo del tamaño que tengan y de las especies de peces que alberguen y si son de agua fría o agua caliente.
Las peceras domésticas de agua fría generalmente tendrán algún piso de piedritas y pueden tener algunos elementos decorativos o plantas de agua.
Para realizar la limpieza completa, primero que nada hay que sacar a los peces con un colador chiquito hacia otro cubículo que tenga el mismo tipo de agua. Esta operación habrá que hacerla con delicadeza, tratando de que los peces pasen el menor tiempo posible fuera del agua y por supuesto, evitando las caídas, ya que los peces son animalitos muy delicados.
Luego de que se saquen los peces se vaciará la pecera completamente y se sacarán las piedras del fondo. Toca el turno de limpiar las piedras. Se pasarán varias veces por agua, hasta que se les logre sacar el moho adherido a ellas. La misma operación se hará con los elementos decorativos de la pecera.
La pecera misma debe ser bien limpiada con agua y jabón en sus bordes de vidrio u otro material. Y luego es importante que se enjuague bien. No deben quedar adherencias de jabón en el recipiente.
Finalmente, una vez efectuada la limpieza de cada uno de los elementos, es el momento de volverlos a colocar: primero las piedras, luego el agua (con los aditamentos que se le pongan, en caso de que se usen), los objetos de decoración y por último los peces.
La pecera está limpia: ya se les puede dar de comer a los peces, en el horario acostumbrado. Seguro ya se les nota más contentos. De verdad los peces son muy expresivos, si se les conoce y se los observa bien.