No existen muchas razas de gatos ni de otra especie de la fauna, que se identifique su origen a un lugar tanto como esta raza de gato Bosque de Noruega. Una raza que se sabe tiene origen prehistórico y que ha sido hasta los últimos años cuando se ha conocido en algunos lugares fuera de su hábitat natural, los países escandinavos. Por su apariencia de bello color y su carácter es ideal para una mascota doméstica, por lo que hoy en día son conocidos como tales en muchos lugares de Europa y un poco menos en Norteamérica.
El origen de los gatos Bosque de Noruega se remota a la prehistoria y se cree es resultado del cruce de ejemplares de gatos nórdicos y gatos de Oriente Medio, aunque ésta no sea una teoría que acepten todos los criadores de esta raza. Lo único en claro es, que este gato vive en los países escandinavos y ahí ha vivido durante tanto tiempo que no se sabe cuándo ha sido que apareció. Para los habitantes de los países Nórdicos revisten especial interés por cuanto los gatos ya son referenciados por los personajes de la mitología nórdica. En 1599 un sacerdote danés clasificó varias especies entre ellas un ejemplar de gato lince que concuerda exactamente con el que hoy se conoce como Bosque de Noruega.
Estos gatos se extendieron por Europa apenas en pequeños grupos, porque su exportación está muy restringida, con el fin de preservar la especie pura. Esta es una raza de gatos de tamaño grande, cara triangular con lados iguales, frente redonda, perfil largo y recto, mentón firme, orejas grandes y amplias, ojos grandes y de color almendrado, de forma oblicúa, de cuerpo fornido, estructura ósea sólida y más bien largo, patas fuertes y largas, desniveladas porque las traseras son más altas que las delanteras, plantas grandes y redondeadas, en proporción con las patas.
La cola suele ser muy tupida y larga, el pelo lanoso cubierto con pelo externo impermeable y de brillante apariencia cuando está bien cuidado, de cabello suelen haber varios colores como el pointed, chocolate, lila, cinnamon, faw y el color ámbar. Y aunque hay de esos colores, el color que se reconoce como el auténtico del gato bosque de Noruega es el color ámbar, aunque conforme el gato crece y madura así como llega su declive el color va madurando, variando en color y mátices.