El gato siamés tradicional o thai es el equivalente al gato siamés antiguo y es originario de Tailandia. Según la leyenda, los gatos siameses eran muy difíciles de conseguir ya que estos solo se encontraban dentro del palacio del Rey de Siam (antigua Tailandia) y eran conocidos como gatos reales de Siam. La primera noticia que hay de uno de estos animales en Inglaterra fue por un obsequio del Rey de Siam a un embajador británico. Los primeros gatos siameses mostrados en público, fueron los del Palacio de Cristal en Inglaterra en 1871. A finales del siglo XIX llegaron a América donde fueron registrados como raza y se crearon exhibiciones.
El gato siamés es en general esbelto, elegante y de formas suaves. Se caracteriza por sus ojos almendrados de azul intenso transmisores de inteligencia, su larga cola y por la distribución de sus colores (beige, marfil o crema para el cuerpo y color negro o chocolate para la cabeza, las patas y la cola). Hay diferentes variedades según el color: Seal (sólido, marrón oscuro), Chocolate (marrón claro), Blue (gris oscuro), lilac (gris claro), fawn, cinnamon (canela), white, red (naranja oscuro) y cream (naranja claro o crema) son las variedades principales, y de estas mismas se desprenden las torties, gatas «de dos colores» tortie (manchado) proviene de la palabra turtle que quiere decir tortuga, ya que estas variedades se asemejan al carey proveniente del caparazón de las tortugas por su cromatismo, habiendo torties chocolates, seal, blue, etc. También estos colores se ven modificados por el gen Aguti, que da las rayas, así tendremos nuevamente todos estos colores, sumando también las torties en variedad tabby (rayado).
Se trata de una raza con unas dotes comunicativas que superan las de cualquier otra. Son criaturas que hablan a través de sus maullidos y de sus movimientos corporales. Adoran a las personas, han nacido para no separarse de ellas. Son divertidos, traviesos, juguetones y con un magnetismo singular. Son gatos recomendados para personas con cierta reticencia a los felinos, ya que los siameses son capaces de conquistar el corazón más implacable. Les encanta ser el centro de atención y pueden llegar incluso a comportarse como perros ya que les gusta traer los objetos lanzados por sus amos. Aprenden con facilidad y no dejan de sorprender a quienes los observan. Se trata de una mascota cariñosa y a la vez activa. El gato siamés también se caracteriza por su agilidad y por ser posible de pasear con correa por la calle a modo de perro.
Ya sabes, si te gustan los gatos… ¡Este es el tuyo!