En la historia siempre han habido relatos sobre el trabajo de las palomas mensajeras. Ellas eran antes de las comunicaciones en hilo como el telégrafo, las que llevaban mensajes importantes de un lugar a otro y en medio de guerras, las que contribuían con la misma, al comunicar a todos. No todas las palomas son mensajeras, la paloma mensajera se conoce como la especie de paloma bravía. El hecho de llevar mensajes, es resultado del entrenamiento que ha recibido y le ha acostumbrado a volver a su palomar desde largas distancias llevando algún tipo de mensaje o carta, llamadas columbogramas, en un tubo anular que se les coloca en una pata.
Se cree que las mismas ya eran utilizadas como palomas mensajeras, desde los tiempos biblícos, pues todos recordarán que una de ellas habría llevado la señal de que había retrocedido el agua cuando volvió con Noé llevando una rama de olivo. Durante los juegos olímpicos de la antiguedad, las palomas mensajeras tenían mucho trabajo porque eran las encargadas de llevar a las ciudades de Grecia, las noticias sobre los ganadores de las competiciones.
Fueron los árabes los que más utilizaron a las misma y lógicamente mejoraron su desempeño, fueron ellos los que las llevaron como los romanos siglos atrás a mensajeras en tiempos de guerra, los árabes las usaron durante las Cruzadas y los romanos se extendieron por todo el Imperio llevando consigo enormes pajareras con miles de palomas.
Hoy las palomas mensajeras solo se adiestran como mascotas. Y aunque no hagan viajes, algunos pocos las utilizan así por pasatiempo, por demás siendo una especie tan inteligente resulta una buena mascota. Son palomas especiales con las virtudes de varias especies, con un ejercitado sentido de orientación y el morfotipo atlético, además cuentan con mucha viveza, rapidez de vuelo, plumaje abundante y brillante, cola siempre plegada, su cuello fuerte y tienen gran resistencia a la fatiga.
Suelen pesar entre 425 y 525 gr. para los machos y 300 y 480 g para las hembras. Recorren distancias de entre 700 y 1000 kms por hora, y jamás se pierden, siempre vuelven al lugar donde deben volver. Como mascota en casa son tranquilas, apenas necesitan un espacio en jaulas diseñadas especialmente y la alimentación necesaria.
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