Cuándo un gato cruza el umbral de casa por primera vez suele mostrarse tímido y reservado. Pero poco a poco comienza a explorar y en unos días descubrimos que se trata de animales curiosos, juguetones y que buscan cualquier excusa para entrenar su instinto cazador.
Para evitar problemas de comportamiento es conveniente corregir ciertos modos de jugar desde el primer día. Aunque sea un gatito pequeño y resulte gracioso ver como “caza” tu mano o tu pie por debajo de la sábana, si dejas que lo haga continuará con esa costumbre de adulto y te hará daño.
Educar a un gato es complicado, es mucho más sencillo “sobornarlos” que convencerlos y para evitar que utilicen como juguete tu cuerpo o tus objetos de decoración lo mejor es tenerles juguetes que les resulten atractivos y que les estimulen a utilizarlos.
¿Qué le gusta a un gato?
Todo dependerá del gato. Si, depende, ya que es imposible concretar de un modo más exacto que le puede gustar a cada animal. Si compartes la vida con ellos descubrirás que son muy diferentes y que se muestran interesados por las cosas más diversas.
Lo que si es cierto es que no es necesario gastarse una fortuna para que el gato esté entretenido, realizar juguetes caseros es muy sencillo. Tan solo deberás tener paciencia y descubrir que tipo de alicientes estimulan a tu peludo.
El cartón del papel higiénico es todo un mundo de posibilidades. Por poner un sencillo ejemplo puedes meter entro un puñadito de lentejas y cerrarlo por los lados. Al girar fácilmente por el suelo y emitir ruidos es muy probable que le guste. Pero si quieres mejorarlo cúbrelo con un calcetín viejo para que pueda enganchar las uñas y lanzarlo por el aire.
Otra posibilidad es realizar en el cartón pequeños agujeros por los que puedan salir bolitas de pienso o chuches. Si lo cubrimos con un calcetín este deberá de estar pegado con cola no tóxica y agujereado a su vez. Podemos cerrarlo en un lado con un nudito para poder abrirlo y rellenarlo cuándo queramos. Al jugar con el, el gato tendrá como recompensa comida o golosinas. De este modo se estimula el juego y se le obliga a quemar calorías para poder disfrutar de su premio.
Cartones, los mejores amigos de tu gato
Una caja de cartón parece tener una atracción casi mágica para cualquier minino. ¿Qué te parece cerrarla y hacerle un par de agujeritos para que entre y salga de ella? Algunos manitas incluso llegan a hacer verdaderos laberintos con cajitas.
Por cierto, también son ideales para camas y les suelen gustar mucho más que ninguna de las bonitas y caras colchonetas que nos ofrecen en las tiendas de animales. Ponle una mantita y seguro que no quiere dormir en otro sitio. Si no quieres que se vea la caja utiliza una manta grande que la cubra.
Usa una tela elástica para atarla al pomo de la puerta o a cualquier otro lugar adecuado. En el extremo añade un pequeño peluche. Verás lo bien que se lo pasa propinando “feroces palizas” al pobre muñeco. No utilices lana ni pompones ya que el gato podrían comerlos causándole una oclusión intestinal.