Siempre hemos dicho (y siempre seguiremos repitiendo), que tener una mascota, ya sea un perro, un gato o cualquier otro tipo de animal, no es un capricho temporal, sino que debemos tratarlo como parte verdadera y esencial de nuestra familia, una parte importante de nosotros mismos.

Basándonos en esto debemos tener claro que cuando tenemos una mascota es importante que le demos todos los tipos de cuidados necesarios, tanto de alimentación como de salud y de higiene. Pero hay otra cosa importante para el desarrollo de nuestras mascotas, sobre todo en el caso de los perros, y es jugar con ellos para que el desarrollo de su cuerpo, su cerebro y el resto de sus capacidades se desarrollen de manera óptima.

Diferentes juegos que incrementan las diferentes capacidades de nuestro perro

Jugar con nuestro perro, además de servir de entretenimiento y diversión para ambos, también sirve para desarrollar las diferentes capacidades físicas y mentales de nuestra mascota, así como para potenciar aún más si cabe la relación de nuestro perro con nosotros mismos. Es por eso que hay algunos juegos mejores que otros para cada una de las situaciones.

Por ejemplo, el juego del escondite es uno de los más populares y de los que más desarrollo provoca en nuestro amigo canino. De esta manera desarrolla su sentido del olfato y de la vista, y también aprende donde están cada una de las cosas que se deben o no deben tocar, lecciones muy válidas a la hora de evitar que nuestro perrito coja prestada algunas de nuestras prendas de ropa.

También podemos alternar varias actividades y varios juegos para estimular el desarrollo de la inteligencia de nuestro perro. Un ejemplo de ello es alternar momentos de jugar al escondite, con otros de jugar a ver si el perro nos pilla y escondernos en un momento determinado, esconder diferentes objetos con la finalidad de que el perro rastree y los encuentre y otras múltiples actividades más,

Con el cambio inmediato de actividades en cada momento se activarán todas las partes del cerebro de nuestro perro que actúan para cada una de esas actividades, por lo que además de fomentar su inteligencia podemos ver como nuestro perro aprende a controlar sus instintos y a canalizar mejor sus propias oportunidades y fortalezas.