Además de los alimentos que hemos visto en el artículo anterior sobre este tema, hay otros muchos alimentos que pueden ser muy perjudiciales para nuestros compañeros del mundo animal. En el apartado de la fruta tratado anteriormente habría que añadir las uvas. A los perros les encantan las uvas, cualquiera que tenga viñas y perros lo sabe. Sin embargo y aunque se desconocen los motivos, estas pueden causar problemas de toxicidad en los canes y en los gatos, atacando principalmente al hígado.
Complementos de nuestros platos tan habituales como el ajo o la cebolla pueden causar problemas de digestión y debilidad en nuestras mascotas, sobre todo esta última. El motivo es el tiosulfato que contienen. Este problema es especialmente importante en los cachorritos, ya que a veces cuándo alguno se encuentra mal los alimentamos con potitos infantiles para sacarlos adelante, sin darnos cuenta de que algunos de estos productos contienen cebolla, lo que puede hacer empeorar considerablemente su salud.
No hay un pienso apto para perros y gatos
Los perros y los gatos son animales muy diferentes en lo que se refiere a sus necesidades nutricionales. Los perros admiten un menú muy variado, pero los gatos son básicamente carnívoros que necesitan muchas proteínas y una buena dosis de grasa para sobrevivir. El pienso de los gatos huele bien y sabe rico ya que estos son muy sibaritas, así pues es atractivo para el perro. Pero su composición puede causar muchos problemas digestivos al ladronzuelo que robe a su amigo minino.
El pienso de perros tampoco es válido para los gatos, pero no suele suponer un problema ya que estos no se sienten demasiado atraídos por una comida que les resulta bastante insulsa.
Y si te gusta la alimentación natural
Si crees que la mejor alimentación para tus mascotas es la natural, debes de tener mucho cuidado a la hora de darles huesos a tus perros. Lejos de la creencia popular, no son demasiado recomendables siendo preferible que para jugar y roer se les den cartílagos. Los huesos demasiado blandos pueden astillarse y herir su boca e incluso los huesos grandes más adecuados para roer pueden hacer que el animal ingiera un exceso de calcio. Así pues, deben de darse con moderación.
Hay que tener cuidado con el hígado, que también debe de comerse con moderación. Y tener en cuenta las propiedades de cada alimento es básico, por ejemplo el pescado crudo, que puede encantar a los gatos, tiene una encima que causa deficiencia de vitamina B en el organismo, por lo que no puede ser ni mucho menos base de una dieta.
De todos modos este tipo de alimentación bien merece un artículo a parte en el que se entre en todas las peculiaridades de este polémico método con tantos detractores como partidarios.