Quizá para algunos suponga una preocupación adoptar una mascota que tenga alguna discapacidad auditiva, como un perro sordo, pensando que puede dar más trabajo que un perro sin ningún problema. Lo cierto es que los perros sordos como las personas que padecen de una deficiencia auditiva, requieren un poco más de atención pero aprenden como cualquier otro perro. Además sus dueños tienen la oportunidad de cuidar de un perro que por su situación sufrirá en un entorno sin protección y que en algunos casos puede ser sacrificado.
El perro sordo no sufre en realidad una minusvalía sino solamente una discapacidad que necesita un poco de paciencia y atención. Cuando se le habla para ordenarle algo hay que situarse frente a él, éste es un detalle importante «siempre frente a su mirada» para que pueda ver lo que queremos, porque intentaremos educarlo con señas. Las señas para las actividades que hace como sentarse, acostarse, etc, las aprenderá fácilmente si también nosotros nos ocupamos de enseñarle, y de tener siempre presente que cuando deseemos que haga algo debemos dejar que nos vea para que identifique lo que queremos.
No se necesitan muchas órdenes, los perros sordos son como todos los perros inteligentes y de aprendizaje rápido. Otro aspecto que es importante tener en cuenta, es que la familia debe involucrarse para vigilar a la mascota. Como no tiene capacidad para escuchar puede que se vea en problemas que podemos evitarle, como escapar de casa y exponerse a otros perros o a un accidente en la calle porque no puede detener el peligro porque sencillamente no escucha. Por demás un perro sordo es como otro perro, responde a nuestro cariño con cariño y es leal y amigable, quizá nos veamos más enternecidos por su situación y lo mimemos demasiado, eso es algo que no debemos hacer pero sí ser siempre comprensivos con él.
Imagen: Pinscher alemanes